¿A cuenta de qué vienen estos aspavientos de la presidenta del Cabildo de Gran Canaria?.

Está claro que el gran negocio del Aeropuerto lo tiene y lo disfruta Aena, por consiguiente, si fuera necesaria una segunda pista, sería la primera interesada en construirla. Pueden estar seguros de que se hará cuando lo estimen oportuno. Quiero decir que se hará cuando a Aena, que es decir al Gobierno, que es decir al PP o al PSOE, les dé la real gana, con el fin de seguir explotando nuestra riqueza: el turismo.

Entonces hay que dejarse de pantomimas que todo llegará, como ha llegado la hora de la nueva cárcel, aunque nosotros la rechacemos. Cosas de servidumbres o siervos.

A la vista del ridículo mayúsculo protagonizado por la sociedad canaria y la presidenta del Cabildo, reclamando algo, que si fuera necesario sería el Estado español el primer interesado en llevarlo a cabo, no queda otro remedio que pedir las dimisiones de Márquez y de toda la sociedad de esta isla canaria, o sea, de Ferrera y Cabré.

Debemos estar agradecidos a esos expertos, imparciales, que han alentado sobre lo nocivo que sería para Canarias aumentar la capacidad de sus aeropuertos. En el Parlamento no se enteran. Hemos llegado a la indeseable cifra de 11 millones de turistas y hay quienes, a pesar de ello, quieren que esa cifra siga aumentando hasta que reviente nuestra economía.

Construir la segunda pista sería institucionalizar el disparate que significa el desarrollo insostenible en un país pequeño que vive, y bien, gracias al turismo. En realidad, una de las pocas armas que tenemos los canarios para parar este desarrollo para otros, es limitar la capacidad de aterrizajes de nuestros aeropuertos.

Antonio Artiles Megías.