Gajes del Oficio.

Cuando tener razón escuece y duele.

Adolfo Santana

Hay veces en que tener razón, exponerla y sentir uno que le escuece y duele todo eso, eleva a la gente, la saca de la mediocridad general y la coloca en lugares que parecen inalcanzables, cuando en realidad se produce eso porque el sujero en cuestión simplemente es normal, decente y coherente consigo mismo y con sus ideas.

Cuando alguien como Antonio González Viétez escribe que nuestras costas estarán siempre mejor defendidas desde el Ministerio de Medio Ambiente, en Madrid, que si caen en las manos de los padres de la patria guanche, sabe muy bien lo que dice y porqué.

Y sabe bien este hombre que hay un sinnúmero de gavilanes preparando sus garras para, caso de que las trasferencias se lleven a cabo o se terminen cargando a Marín, caer sobre nuestras costas y, enarbolando la consabida cantinela de la creación de puestos de trabajo y el desarrollo de la región, acabar con lo poco que otros, diciendo lo mismo, han venido haciendo hasta ahora.

Efectivamente, y para seguir coincidiendo con Viétez, ahora la fiebre parece conducir a la tropa de hijos de tres mil tegumentos a llenar el litoral de muelles deportivos, superada, aparentemente, el ansia de hasta el otro día de aprovechar cualquier barranco con palmeras para inundarnos de pelotitas de golf. Están locos, obsesos con las orejeras de la ambición puestas y, lo peor, es que estas camarillas tienen en sus cuadras políticos y técnicos que les bailan el agua y participan en el festín que acaba con nuestra tierra. Claro que, así las cosas, lo que nos cuenta Tony González, la razón que le asiste, solo es escuchando por los pocos que siguen pensando que esta Isla no puede seguir siendo esquilmada, destrozada en nombre del bienestar y del progreso, que hay que ir haciendo un uso sostenible de nuestro territorio y medio ambiente y que nuestros políticos han de cumplir con el sagrado mandato de preservar lo que heredamos para que pueda ser disfrutado por las generaciones venideras. Si ustedes tienen ocasión de ir estos dias por la zona turística del Sur, zonas de Tarajalillo, Meloneras, etcétera, podrán observar de qué manera unos grandes tractores están revolviéndolo todo, al punto que se han cargado los mojones que Costas ha puesto para delimitar el litoral. Esto, que debe ser considerado como delito, está ocurriendo delante de las narices de medio mundo, y nadie hace nada, bueno, algunos intentan algo, pero como le pasara a Tony, tener razón no vale de nada cuando está por medio el peso de la plata, la falta de escrúpulos de muchos mercaderes y la estulticia, cuando no la connivencia, de la clase política.

Si estás en contra de esta situación...

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