MOCIÓN presentada por Alternativa Vecinal de Ingenio (AVIN), para su aprobación, si procede, en el pleno municipal a celebrar el jueves 29 de junio de 2000.

El PVC es la abreviación con la que se conoce el plástico policloruro de vinilo. Como este nombre indica, se trata de una combinación entre el vinilo, que es un compuesto orgánico y el cloro. La utilización de cloro, conjuntamente con sustancias orgánicas, implica inevitablemente, la formación y emisión al entorno de sustancias organocloradas durante el proceso de producción del PVC.

Los organoclorados son una familia de sustancias que se caracterizan por su persistencia (dificultad para degradarse en distintos medios), acumulación en los seres vivos y toxicidad, ocasionando, por ello, graves daños sobre el medio ambiente y la salud humana. Sabemos que, pese a la actual prohibición o reducción de otros productos organoclorados, como DDT, CFCs, PCBs, etc., sus consecuencias continuarán perjudicando el medio ambiente y la salud humana durante años.

Diversos convenios internacionales para la protección del medio ambiente han señalado la necesidad de eliminar los vertidos de sustancias organocloradas. Destacamos entre estos, el Convenio de Barcelona para la protección del Mar Mediterráneo y las Convenciones de Oslo y París (Parcom) para la protección del Noreste Atlántico, por haber sido suscritas por el gobierno español.

El ciclo de vida del PVC está ligado a la formación y emisión al entorno de sustancias organocloradas, lo que convierte al PVC en un elemento incompatible con una sociedad que ya ha descubierto la necesidad de preservar los valores ambientales más elementales, como son el aire, el agua o la tierra fértil.

Este material es especialmente peligroso en caso de incendio, ya que los objetos de PVC, antes incluso de que aparezcan llamas, desprenden ácido clorhídrico, un gas tóxico que causa graves lesiones, especialmente a las vías respiratorias y daños materiales al ser un gas corrosivo. Junto a este ácido se emiten sustancias organocloradas mencionadas anteriormente, entre ellas dioxinas y metales pesados, como el cadmio, también muy tóxicos. El incendio ocurrido en el aeropuerto de Düsseldorf, Alemania, el 12 de abril de 1996 puso en evidencia los riesgos ambientales y económicos de utilizar PVC. Así, la contaminación con dioxinas procedente de la combustión de PVC obligó al cierre de varias terminales y a realizar una limpieza química de las mismas, cuyo coste inicial se estimó en 350 millones de marcos (2.800 millones de pesetas).

Los productos de consumo de PVC contienen además de este polímero, una mezcla de aditivos, como plastificantes, estabilizantes, pirorretardantes, etc., que pueden suponer hasta el 60% de la composición de un objeto de PVC. Entre estos aditivos se encuentran sustancias tóxicas como metales pesados (cadmio, plomo, etc.), biocidas o ftalatos.

El principal grupo de plastificantes utilizados en el PVC, los ftalatos, son las sustancias químicas sintéticas más abundantes que se encuentran en el medio ambiente, son persistentes y pueden bioacumularse en los tejidos grasos. Sus efectos en la salud incluyen lesiones de hígado y riñones, daños al sistema reproductor, y cánceres incluyendo cáncer de riñon, hígado y leucemia. Estos aditivos escapan de los productos de PVC contaminando el entorno o las sustancias que contienen como es el caso de los envases.

Los ftalatos, también presentes en juguetes de PVC blando, suponen un grave riesgo para los bebes, niños y niñas, que al chupar o morder estos juguetes pueden ingerir cantidades importantes de estos plastificantes.

En cuanto a los residuos, cabe decir que el PVC no es biodegradable, su incineración genera dioxinas y otros organoclorados y además libera los aditivos tóxicos que contiene (metales pesados). El reciclaje del PVC es inviable económicamente y complicado desde el punto de vista técnico, debido principalmente, a la gran variedad de sustancias que componen los diferentes productos. Contribuyen, por tanto, a incrementar la problemática de nuestros residuos sólidos urbanos.

En nuestra sociedad actual, el PVC se encuentra presente en numerosos objetos, muchos de los cuales tienen alternativas a partir de otros materiales más respetuosos con el medio ambiente. El fomento de estas alternativas se inició hace ya algunos años en diversos países europeos, donde más de 200 ciudades alemanas han restringido el uso de PVC en sus obras públicas y desincentivan su uso en la construcción privada. La industria sueca suprimió voluntariamente en 1990, todos los envases de bebidas y alimentos de PVC. Las restricciones al PVC también están aumentando en otros 100 municipios de Austria, Noruega, Suiza, Dinamarca, Holanda, Luxemburgo y Bélgica. En España más de 60 ciudades han adoptado medidas para eliminar el uso de PVC en sus municipios. En este sentido se han pronunciado también el Parlamento de Suecia, el Senado español, y los Parlamentos de Andalucía y Cataluña, aprobando mociones que pretenden avanzar hacia el abandono del uso de PVC.

Entre otros ejemplos de la creciente sensibilidad respecto a los problemas creados por este material, se puede citar que la ciudad olímpica de Sidney se ha construido minimizando el uso de PVC. También la candidatura de Sevilla como ciudad olímpica para el año 2004 contempló en sus criterios medioambientales, la eliminación del uso del PVC en las instalaciones olímpicas.

En relación con los juguetes blandos de PVC, la Unión Europea ha prohibido la comercialización de los mordedores y sonajeros de PVC blando. Alemania y Francia prohibieron en 1999 la venta de juguetes de PVC blando para niños de 0 a 3 años. Asimismo, los gobiernos de Austria, Dinamarca y Suecia han aprobado normativas para eliminar la presencia de ciertas sustancias tóxicas del PVC. Noruega y Finlandia están preparando borradores de ley en este sentido. Estas decisiones se producen después de que el comité de toxicidad de la UE expresara que existen motivos de preocupación con relación a la exposición de los niños a los juguetes de PVC blando. Fuera de las fronteras comunitarias las autoridades sanitarias de Canadá han recomendado a los padres, madres y cuidadores infantiles que se "deshagan" de los mordedores y sonajeros de PVC blando. Numerosas empresas han retirado estos productos del mercado en diversos países de Europa incluida España. Igualmente, el Ministerio de Sanidad Español retiró del mercado 5 mordedores de PVC blando que excedían los niveles de liberación de ftalatos permitidos. Los ayuntamientos de Bilbao y Lloret del Mar (Girona) aprobaron una moción, por la que se prescindirá de utilizar juguetes de PVC en todas las dependencias infantiles donde tengan alguna responsabilidad.

Otros productos se han encontrado anteriormente en una situación como la que se describe hoy para el PVC, y la propia industria ha iniciado la necesaria reconversión. Podemos citar, como ejemplos, determinados pesticidas (como el DDT) anteriormente utilizados y hoy prohibidos, o el uso de cloro en el blanqueo de papel que la misma demanda de los consumidores está haciendo cambiar por otras tecnologías libres de cloro.

Entendemos que es un deber de las instituciones públicas velar por avanzar todo lo posible en la compatibilidad entre las actividades económicas y el mantenimiento de los valores ambientales.

Alternativa Vecinal de Ingenio (AVIN) propone al Pleno del Ayuntamiento de Ingenio la adopción de los siguientes:

ACUERDOS:

PRIMERO.- Que Ingenio se declare Municipio Libre de PVC, como expresión de la voluntad de este municipio de eliminar el uso de PVC, concienciar a nuestros habitantes de la necesidad de evitar el PVC y como medida de incentivar a todos los sectores económicos que utilizan este material, a que reconviertan paulatinamente su actividad, utilizando otro tipo de materiales menos problemáticos con el medio ambiente.

SEGUNDO.- Que en el plazo de 3 meses la concejalía de Medio Ambiente presente una evaluación de todas las actividades, obras o servicios con participación municipal donde se utilice PVC y un plan para su eliminación, que incluya las medidas normativas, educativas o de otra índole que sean necesarias para llevarlo a cabo en el menor plazo posible.

- Que a partir de este momento, en todas las actividades (reuniones, conferencias, fiestas, etc.) y contrataciones de servicios que se realizan con participación municipal, se prohibirá el uso de envases y embalajes de PVC.

- Que a partir de septiembre de 2000 se prohiba:

  1. Comprar nuevo mobiliario, material de oficina u otros objetos que contenga PVC;

  2. Utilizar los siguientes productos de construcción de policloruro de vinilo (PVC):

  • conducciones y desagües

  • revestimientos exteriores e interiores

  • cerramientos (puertas, ventanas, persianas, burletes, etc.)

  • instalaciones eléctricas (cables, accesorios, etc.)

  • - Que a partir de este momento, en todas las contrataciones de obras o servicios que se realicen con participación municipal, se incluya una cláusula obligada que otorgue preferencia a las propuestas que no incluyan el uso de PVC.

    - Que se marque como norma municipal para autorizar la apertura de locales susceptibles de registrar aglomeraciones de gente (bares, restaurantes, galerías de arte, museos, etc.) la prohibición de usar materiales de construcción de PVC o que contengan otras sustancias halogenadas, a partir del peligro potencial que significaría este material en caso de incendio.

    TERCERO.-Que el Ayuntamiento de Ingenio prescinda de la utilización de juguetes de PVC en todas aquellas dependencias infantiles en que tenga alguna responsabilidad, previniendo de esta manera a los niños de estar expuestos a productos tóxicos.

    - Que se solicite a los comerciantes y distribuidores que se retiren voluntariamente estos productos del mercado.

    - Que a través del departamento correspondiente, se promuevan campañas informativas en relación con los riesgos que supone el contacto con juguetes de PVC y se advierta del peligro, innecesario y fácilmente evitable, de exponer a los niños y las niñas al contacto con este material.

    Ingenio a 20 de junio de 2000

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