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Luego vino un intento del Cabildo de Gran Canaria a través del PIOT (Plan Insular de Ordenación del Territorio) para declararlo como suelo rústico. Pero los tribunales echan abajo tal catalogación y siguen dejando abierta la posibilidad de construir en el barranco. Estamos ahora en el 2002 y la polémica continua. El diputado de Coalición Canaria José Carlos Mauricio apoya el proyecto de urbanizar el barranco después de viajar a Nueva York invitado por los empresarios promotores del proyecto para destruir Veneguera (Banco de Santander y Lopesan). Pero sus amigos representantes políticos de CC (mejor llamarlos de Construcciones Canarias) nos quieren vender la moto afirmando que el Barranco de Veneguera no se va a construir. ¿Quién se cree a estas alturas las palabras de políticos que han permitido y siguen permitiendo la destrucción de suelo agrícola o de espacios naturales, o que nuestras islas se sigan llenando de cemento, de asfalto, de playas artificiales, de puertos deportivos, de pistas de aeropuerto innecesarias o de campos de golf? Por supuesto, ya casi nadie debería creerles. Sólo nos queda esperar que el pueblo canario les pare las patas, y les exija a todos por igual, ya sean de CC (Corrupción Canaria), PP o PSOE, que en lugar de palabras adopten decisiones firmes y claras para proteger definitivamente el Barranco de Veneguera de la salvaje especulación urbanística e inmobiliaria. Y éstas sólo pasan por declararlo como Monumento Natural dentro del Parque Natural del Nublo. Sólo así podrían quedar "parcialmente" fuera del informe de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que declaraba que los responsables de las administraciones públicas canarias son unos delincuentes medioambientales. Y en mi pueblo, los delincuentes deben estar en la cárcel. |
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