¿ GLORIETAS? ¿POR QUÉ NO?

Esther Rivero Méndez Las glorietas tienen una indudable utilidad en los cruces de vías con altas densidades de tráfico. Debido al hecho de que todas las vías están activas al mismo tiempo, es decir, todos los vehículos pueden circular por ellas en cuanto la situación lo permite, no se producen los tiempos muertos de los semáforos, que obligan a parar a los vehículos aún cuando el cruce no está siendo ocupado por los vehículos de las vías transversales. Esto agiliza el tráfico en gran medida, sobre todo en las horas de poca densidad de tráfico.

Lo que está demostrado al cien por cien es que los accidentes de tráfico que se producen en los cruces de vías dotados de glorietas, aunque más numerosos, son de mucha menor gravedad para los conductores y acompañantes. Esto se debe a que los vehículos han de circular con mucha mayor precaución y menor velocidad.

Otro aspecto positivo a destacar del uso de las glorietas es el efecto claro que producen de ralentizar el tráfico, efecto muy apreciado cuando hablamos de vías urbanas con gran intensidad de tráfico de vehículos y peatones. Las calles se vuelven lugares mucho menos peligrosos cuando los vehículos circulan a velocidades reducidas, lo cual no implica que el tráfico de vehículos sea menos ágil.

Claro está que para que estos factores sean posibles hay que contar con que los conductores sepan circular por las glorietas y sepan las normas que las rigen; hay que contar con que los conductores quieran aplicar dichas normas y no circular como a cada uno le conviene; y también hay que contar con que las glorietas sean necesarias y estén bien planificadas, lo cual muchas veces no ocurre...

 

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