REALMENTE... ¿NO SOMOS RACISTAS?

Domingo Rguez. Ramírez Resulta curioso ver como todos negamos cuando se nos pregunta si somos racistas o xenófobos, o mantenemos actitudes discriminatorias hacia personas de otras razas, creencias o, simplemente, personas de otras partes de este desequilibrado mundo en el que vivimos. Sobre todo, cuando nos apenamos desde el salón de nuestras casas, al ver por televisión las miserias que están padeciendo las gentes de los países subdesarrollados, consecuencia de la tremenda sequía,. las enfermedades y las guerras civiles apoyadas en la venta de armas de los países ricos, entre ellos España.

Qué fácil resulta afirmar que no somos racistas cuando no nos toca a nosotros el relacionarnos directamente con alguna persona que provenga de estos países. Pero cuando esto ocurre, cuando empezamos a ver la cantidad de gente que últimamente está llegando a nuestras costas en pateras o a nado, huyendo de la miseria y de la muerte segura, personas desorientadas, mujeres embarazadas, niños y niñas asustados, hombres desechos por la crudeza de sus vidas, cuando esto nos toca a nuestra puerta parece que ya no somos tan solidarios.

Empieza a notarse en el ambiente cierto malestar que va creciendo, y que algunos políticos se encargan de avivar para justificar sus "Leyes de Extranjería" (caso del PP con el apoyo de CC).

Se afirma que la recién aprobada Ley de Extranjería está causando o ha causado el "efecto llamada" pero no quieren darse cuenta que la única llamada se produce cuando aprieta el estómago porque tienes hambre y no tienes nada que llevarte a la boca. Deberían saber estos "políticos de escaparate" que, con una ley o con otra, la gente pobre de este mundo va a seguir emigrando de unas zonas a otras para buscar su derecho a la vida y esto se puede reducir no con leyes represivas, sino con inversiones y ayudas a los países subdesarrollados, así como con la condonación de la Deuda Externa, a lo que Aznar hace oídos sordos.

En estos días, en la Gomera, ha tenido lugar la celebración del 50 Aniversario de la accidentada travesía del velero Telémaco que, en 1950, partió hacia Venezuela desde Valle Gran Rey, con 177 canarios a bordo que, de forma clandestina (ilegales como se les llama ahora), fueron a buscarse la vida a otra tierra, que los recibió con las puertas abiertas. Como este velero de la esperanza, zarparon muchísimos hacia otros lugares, sin embargo, hoy nos asustamos cuando tienen que ser los sudamericanos y africanos los que vienen aquí. Parece que la memoria nos falla en un momento de vital importancia para estas gentes.

Tenemos que reflexionar bastante sobre este tema, e insistir a los políticos y a los organismos públicos para que destinen más fondos a las ONGs que trabajan en los países pobres, y para el desarrollo económico de éstos, así como el facilitar la regularización de personas que se encuentren trabajando en nuestra tierra, y que son víctimas de la explotación de algunos empresarios que se aprovechan de su situación.

Cuando empecemos a movilizarnos será cuando realmente podremos pensar en un mundo más equilibrado.

 

Volver a El Sacho nº 4