Con la 3ª pista todos perderemos

Antonio Ramírez Betancor.

Vocal de la A. V. Las Puntillas

Agradezco de antemano, en nombre de los vecinos de Las Puntillas, la oportunidad que nos ofrecen de poder opinar en la publicación que ustedes realizan (a mi juicio con un alto nivel, con lo que me compromete a ser igual de riguroso sin saber si lo conseguiré)

Pero vayamos a lo que me ha traído a estas páginas: ¿ampliación del Aeropuerto, Si o No? ¿Segunda Pista o Tercera Pista, Si o No? ¿Expropiación?...

Esas son las preguntas que todos nos hacemos.

Desde luego, parece que estamos viviendo una película de Fellini. No nos imaginábamos los vecinos de Las Puntillas y Ojos de Garza que íbamos a estar en el epicentro de este "terremoto": ¡¡la mayor expropiación de la historia de Canarias!!, después lógicamente de la que se hizo con los aborígenes.  Aquella también se hizo en nombre del progreso, eran otros tiempos. Incluso se utilizó hasta los dogmas de la Iglesia para justificar lo injustificable.

Una forma de intentar explicar lo que sucede es que esta sociedad en la que nos ha tocado vivir funciona algo así como "por impulsos" y no de manera continua. Porque entonces ¿Cómo explicar que se ha de hacer una cosa que afecte a tanta gente y todavía no se tenga un Modelo de Desarrollo? ¿Cómo es posible que no sepamos cuál es el futuro que nos espera, y estemos modificando nuestro entorno hasta tal punto que sea irreversible? ¿Cómo se puede ser tan irrespetuoso con valores tan importantes para, incluso, la supervivencia de un Pueblo? ¿Cuándo las personas que tienen verdadero poder para decidir han de dedicar su estimado tiempo para reflexionar hacia dónde vamos? ¿No será que a lo mejor no hay nadie en el timón y "esta nave va sin mando"? ¿O que quien está en esas responsabilidades tiene unos intereses bien concretos y le importa un carajo nuestro futuro, el futuro de la sociedad canaria?

En fin amigos, ¿cómo explicar tanto en tan poco tiempo y espacio?, ¿cómo explicar lo que sentimos los vecinos de Las Puntillas y de Ojos de garza?; pues a lo mejor diciendo: "¡Siento amargura!", con eso lo podemos resumir. Amargura de perder cosas, de perder valores, de que importamos muy poco; que cuando menos te lo piensas, te cambian hasta la personalidad, de que vamos perdiendo todo, hasta la identidad.

¿Cómo resistir cuando todo parece desaparecer? ¿Cómo aguantar cuando lo poco que pudimos aprender de nuestros mayores se evapora con esos grandes recursos que se nos meten en nuestras casas desde cualquier poder, y que nos quitan esos valores que no sabemos ni podemos mantener?

Las gentes sencillas de nuestros barios, acostumbrados a adaptarnos para sobrevivir físicamente, sabremos eso, subsistir; pero no les quepa la menor duda que perderemos. Perderemos recuerdos, perderemos historia, perderemos valores. ¡Todos perderemos!.

La agonía de estos barrios ha empezado; por favor, no la hagamos más larga, adaptémonos a las circunstancias, reconozcámoslo. Aquí también hemos perdido.

 

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